To drone or not to drone. He ahí la cuestión.

Drones en el audiovisual andaluz: claves para cine, documental y publicidad

KILLO FILMS

9/29/20252 min leer

Da la sensación de que los drones forman parte del paisaje desde hace décadas, pero su irrupción en el ámbito audiovisual es sorprendentemente reciente. La llegada del primer DJI Phantom en 2013 no queda tan atrás en el tiempo y sin embargo desde entonces hemos visto cómo estos equipos encontraban su hueco en sectores muy diversos, pero ha sido en la creación de contenidos audiovisuales donde su huella resulta más evidente.

De la novedad a la herramienta: una evolución con sus pros y sus contras


Hubo un tiempo en el que un plano de dron era, en sí mismo, un efecto especial. Anunciaba modernidad y presupuesto. Hoy, su democratización los ha convertido en una herramienta más en el kit de cualquier productora. El avance técnico en sensores y estabilización los ha hecho accesibles, y su potencial narrativo es innegable. Sin embargo, como ocurre con toda tecnología que se populariza, el uso excesivo o poco meditado ha llevado a una cierta estandarización. El reto ya no es conseguir un plano aéreo, sino que ese plano aéreo signifique algo.

Andalucía desde el aire: cuando la localización es la protagonista


Este potencial narrativo se multiplica cuando la herramienta se encuentra con la localización adecuada. Grandes producciones internacionales como Juego de Tronos (HBO) lo demostraron al filmar en España, incorporando dragones a la épica de nuestros paisajes. Es en este contexto donde una región como Andalucía, con su vasta diversidad de escenarios, demuestra ser un plató ideal. En KILLO FILMS, incorporar el dron a proyectos de documental y publicidad nos ha permitido capturar la inmensidad de lugares como el Cerro del Hierro en Sevilla o la costa de Barbate en Cádiz, ofreciendo una perspectiva que enriquece profundamente la narrativa visual.

El criterio por delante de la tecnología: la verdadera pregunta


A pesar de sus ventajas, existe una resistencia comprensible entre muchos cineastas. La razón es simple: la tecnología debe estar al servicio de la historia, no al revés. Hay momentos en los que la intimidad de un primer plano, el silencio en un diálogo o la inmersión en un espacio reducido son infinitamente más poderosos que la espectacularidad de un plano aéreo. La tentación de usar el dron "porque está ahí" puede alejarnos de la narrativa.

Así que, volviendo a la pregunta inicial, ¿es el dron siempre la respuesta? En nuestra experiencia como productora, la clave no está en la tecnología en sí, sino en la historia que queremos contar. El dron es una herramienta fantástica, potentísima, pero no es el fin, sino un medio. Un medio que, como cualquier otro, debe someterse al criterio narrativo.

La verdadera pregunta no es "to drone or not to drone", sino "¿este plano aéreo aporta algo único a mi proyecto?". Si la respuesta es sí, y especialmente si estás trabajando en un entorno con la riqueza visual de Andalucía, puede ser el elemento que eleve tu documental o tu spot de publicidad a otro nivel. Si la respuesta es no, quizás la mejor decisión creativa sea dejar el dron en su maletín.

En KILLO FILMS seguiremos explorando el equilibrio entre la tecnología y la narrativa, porque al final, de lo que se trata es de eso, de contar buenas historias.